jueves, 17 de noviembre de 2011

EL BESO IMPOSIBLE. Por: Fernando Álvarez


Hoy, un beso ficticio causa escándalo. Un fotomontaje entre dos líderes religiosos, en el que aparecen dándose un beso en la boca, su santidad, el Papa Benedicto XVI y el Imán de la Mezquita Al-Azhar de El Cairo, Ahmed Mohamed el-Tayeb. La foto, una de las que el grupo empresarial textil  Benetton utiliza como tema para su campaña publicitaria. El Vaticano protestó enérgicamente porque lo considera una falta de respeto a la figura papal y una molestia para los fieles católicos. La Iglesia está resuelta a tomar medidas para evitar la propagación de esa imagen, un beso que ofende.

Según creemos los católicos, el amor al prójimo es el principal mandamiento de la Ley de Dios. Y el beso es la demostración física de amor, tolerancia, respeto y admiración hacia nuestro prójimo. La cabeza de la Iglesia debería ser congruente con su doctrina. La actitud soberbia, intolerante y hostil no es lo que Jesús predicó, antes bien, ponía la otra mejilla a quien lo ofendía.

Un ejemplo que ilustra claramente la congruencia, aunque a veces sea incomprensible para el entender general, es el famoso beso de Javier Sicilia a Beltrones. Luego de exponer su posición en defensa de las víctimas de la delincuencia y de la fallida estrategia en contra de ésta, Sicilia sello este acto con un beso, que él mismo explicó, se trató de un acto de humildad y de confianza en la naturaleza humana, que antes que nuestras posiciones políticas, está nuestra dignidad como seres humanos.

Quien se proclama como guía moral de una enorme feligresía no debería demostrar soberbia homofóbica. no con motivo de la difusión de una imagen en la que el tema es la utópica tolerancia, respeto y amor entre dos líderes religiosos.

Y de paso, servir a una empresa trasnacional en sus fines publicitarios.


Pero, el beso, tema del escándalo publicitario, ¿Quién lo inventó? ¿De dónde viene esta costumbre de acercar bocas, apretar labios y besar a otra persona?

Unos dicen que lo inventaron… los bebés. Mamando y mamando, se entrenaron para besar.

Otros dicen que lo inventaron las mamás de esos bebés… En tiempos de las cavernas, antes de que existieran las papillas, las mujeres masticaban los alimentos para sus hijos y se los iban pasando como hacen los pajaritos.


El beso. Hay mil teorías sobre su origen. Dicen que los romanos comenzaron a besarse debido a una ley que prohibía a las damas tomar vino.

“A ver chiquita… la boca… se me hace que te echaste tus copítas… a ver, voy a probar otra vez. “
Alcoholimetro familiar. Cada día, los esposos debían verificar el aliento de sus mujeres.

En el siglo sexto, la sociedad occidental aceptó el beso entre adultos como expresión de afecto.

Francia tomó la iniciativa e introdujo la costumbre de besarse en los bailes de salón.

La nobleza rusa copió este hábito y las bodas quedaban selladas con un beso público.

El cristianismo siempre miró como sucios y pecaminosos los besos de amor. Los padres, hasta la fecha, ven mal que dos jóvenes se besen y los mandan muy lejos por pecadores. En la liturgia de la Misa, en las bodas,  se suprimió el famoso “Puede besar a la novia” Son cosas que no se deben ver, que hay que ocultar, tal vez porque son cosas que ellos mismos hacen a escondidas.

Todavía en plena Revolución Industrial estaba prohibido besarse en la calle o en lugares públicos.
 
Guanajuato debe estar todavía en esa época, con un gobierno panista que prohíbió los besos en la vía pública, aún con el famosísimo Callejón del beso. ¡Va usted a creer!

Pero corrieron los años… y corrió mucha saliva entre las bocas de los amantes.

Hoy nadie se escandaliza por un beso, aunque cada pueblo tiene su forma de besar.

Los chinos nunca se besan en público y los birmanos… (SNIFF) más que besarse, se olfatean. (Así lo hace también mi perrita y no es de Birmania).

Holandeses y franceses se estampan tres besos en las mejillas.

Españoles e italianos se conforman con dos.

Mientras que los británicos, si se dan uno, es porque hay mucha confianza, a diferencia de los rusos que, hombres con hombres, se pegan un sonoro beso en los labios.

En América Latina, salvo en el Cono Sur, el beso en la mejilla se reserva a las mujeres mientras que los hombres nos saludamos con un apretón de manos. ¡Muy machos!

Mientras tanto, el beso de los esquimales es de nariz con nariz.

El beso. Los hay de todo tipo.

El beso de la Bella Durmiente…  y el beso de Judas.

El beso apasionado de los amantes

 El beso frío de la muerte.

El beso francés, con lengua incluida.

Y el beso de la mafia italiana, en la boca del sentenciado.


En el referido Callejón del Beso, en Guanajuato, cuentan estos chistes de los besos:

El beso del monaguillo: El que mete la lengua, hasta tocar la campanilla.

El beso árabe: Saliva va, saliva viene, pero con la lengua se entretiene.

El beso del columpio: Cuando la babita les queda colgando.

El beso del torero: “¡Déjate chiquilla…!” y agarrándose el rabo.

El beso del policía: Agarrándose la macana.

El beso del microondas: 5 minutos y ya están bien calientes.

El beso de la vaquita: …con cualquier buey…

El beso de la paleta: besa que besa, hasta llegar al… final.

Besar la mano, besar la frente, besar los labios y besar todos los rinconcitos del cuerpo amado.

Y después de tanto hablar del beso… no nos importa cuál haya sido su origen ni su historia…

Sólo nos queda enviarles nuestro mejor beso para todos y todas ustedes

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