viernes, 8 de julio de 2011

“Y… en un principio…” Por: Fernando Álvarez Díaz.


2ª. Parte.-
Continuamos con la segunda de tres partes del tema “Génesis y Teoría de la Evolución”



Hace 10 millones de años, se fracturó la corteza del continente africano formando el Valle del Rift. 

Nuestros primos hermanos, los chimpancés, evolucionaron en las selvas de occidente. 

Nuestros antepasados, en las sabanas orientales. 



Después de 4 millones de años, bajaron de los árboles, se irguieron, caminaron en dos pies y liberaron sus manos. 




Hace un millón de años, estos antecesores fabricaban hachas de piedra y ensayaban palabras en torno al fuego domesticado. 

Adornaban sus cuerpos y enterraban a sus muertos. Estrenaron la risa, antídoto del poder. 



Los neandertales fueron sus descendientes. 

Junto a los grandes lagos africanos y del mismo linaje, con apenas mil siglos de andadura, surgimos los sapiens. 

En un calendario cósmico a escala de un año, nuestra presencia se limitaría a los tres últimos minutos de la última hora del último día.

Nuestras abuelas y abuelos, de piel negra y mayor desarrollo del lenguaje, empujados por el hambre y la curiosidad, emigraron por todos los continentes y dominaron a las demás especies. 



Gregarios y pendencieros, aprendieron a cooperar por la necesidad de la caza y el sustento de las crías. 

Y a quererse, para conjurar soledades. 

Conocieron también la codicia, raíz de todas las guerras. 

Y el miedo a los diferentes con su fruto envenenado, la arrogancia. 

Al principio, eran un clan pequeño, tal vez unas 600 personas. 



Ahora somos más de 6 mil millones de personas sobrepoblando la Tierra. 

Una de ellas, soy yo. 



Carl Sagan, Miles de Millones, Ediciones B, Barcelona, 1998. 

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