Benedicto
XVI ha dejado nuestro país, su visita despertó en la gente que acudió a
Guanajuato una gran alegría, en muchas ocasiones escuchamos en la transmisión por
televisión que se le confundía con Juan Pablo II, nada qué ver. En realidad, las
ceremonias oficiales de bienvenida y despedida, la celebración eucarística, la
liturgia de la palabra el domingo, los recorridos en el papamóvil, la homilía,
los mensajes, ¿Qué nos deja? ¿Qué nos enseña? ¿En qué cambia nuestras vidas?
El
balance no favorece ni enriquece en nada a la Iglesia, que somos todos los
católicos. El pueblo de Dios.
Favorece
y enriquece, eso si, a los intereses políticos del Vaticano y de Calderón. Las
iniciativas pendientes para modificar la Constitución, la relación evidente
PAN- Iglesia en pre-campaña electoral. La Iglesia en crisis, con merma
creciente en feligresía y en calidad moral.
Por
qué en Guanajuato?
¿Será
por ser la capital del conservadurismo católico que garantizaba la afluencia
necesaria para proyectar en los medios a una Iglesia poderosa?
Las
ceremonias solemnes, el protocolo, el enorme aparato de seguridad y
comunicación que se desplegó estos tres días, desde luego que impresiona a todo
el mundo, pero esperábamos respuestas. Obtuvimos lineamientos muy generales de
la doctrina marcadamenpe conservadora que identifica el papado de Benedicto y
la declarada disposición de todo el colegio episcopal en seguirlas. Por
mencionar un detalle, tal vez sin relación a su mensaje pero que refleja ésta
línea, es la solicitud del ceremoniero, a las damas invitadas a las ceremonias,
de acudir con falda por debajo de la rodilla. La misa, cantada en latín. La
Comunión: de rodillas y en la boca. Un mensaje a los niños, víctimas de la
violencia, pero que no menciona en ningún momento, los crímenes cometidos por
ministros de la Iglesia en México, su reconocimiento y voluntad por ayudarlos, todo
esto hace más evidente lo que pretenden ocultar. Ceremonias en donde la
distancia entre el pueblo y la jerarquía de la Iglesia quedan claramente
establecidas, no solo físicamente, sino como principio normativo. Una zona VIP,
con la clase social privilegiada y fuera del recinto, el pueblo. Una reunión
con el presidente en la que se invita a víctimas de la violencia, y a quienes
el Papa no escuchó. Solicitud formal de víctimas vivientes de los crímenes del
Padre Maciel y otros sacerdotes en México, que no se dignaron contestar, mucho
menos aceptar, porque no entraba en la agenda del Papa.
¿Qué
representa Benedicto XVI?
Cualquier
cosa menos a Jesús, que nos enseña que los más desfavorecidos son los que están
más cerca de Él. <+div>
Que
la humildad, la caridad y la justicia se demuestran aceptando las culpas y respetando
la dignidad humana.
Si
queremos aprender algo de la visita papal a México, debemos ver lo que no
vimos, debemos leer lo que no se dijo en los mensajes del Papa. Ahí está la
lección.
Hoy
se dirige a Cuba. En días pasados, ya de camino en esta gira en América,
expresó su criterio an contra del marxismo, calificándolo de caduco. ¿Acaso no
es Benedicto XVI quien ha retrocedido cincuenta años en la doctrina de la
Iglesia al querer ignorar la pastoral social de la Iglesia a partir del
Concilio Vaticano II?
En
Cuba, hay iglesias bautistas, luteranas, metodistas, evangélicas,
pentecostales, se practica la santería. ¿Les dirá a los cubanos que la Iglesia
Católica es la única verdadera? ¿Qué él es infalible y posee la verdad
absoluta? ¿Que él representa a la “madre”
de todas las iglesias cristianas?
En
Cuba las mujeres tienen relaciones antes de casarse, y se casan por el civil y
se divorcian, usan anticonceptivos y no son castigadas penalmente por
interrumpir el embarazo no deseado. ¿Qué les dirá? ¿Qué no deben usar anticonceptivos
y que serán excomulgadas? ¿Qué el aborto es un crimen?
En
Cuba se reconocen los derechos de la diversidad sexual. El estado cubre los
gastos de la cirugía para quienes quieren cambiar de sexo. ¿Les dirá que son
contra natura? ¿Que la homosexualidad es contraria al plan de Dios y que el
matrimonio gay es una amenaza para el futuro de la humanidad?
Y…
Raúl Castro, a todo esto, ¿Se quedará callado?
Todas
estas incógnitas hacen muy interesante la visita de Benedicto XVI a Cuba,
porque contrasta el conservadurismo radical de la Iglesia con la política
progresista de la isla.
Acá
todo fue miel sobre hojuelas porque así somos los mexicanos.
“México
siempre fiel” “¡pero México, sobre todo,
sabe gritar!
Bibliografía:
Derechos Humanos.- El Papa en Cuba.- Radialistas,
Apasionadas y Apasionados.
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