viernes, 24 de febrero de 2012

¿EL AMOR HOMOSEXUAL ES IGUAL QUE EL HETEROSEXUAL? Por: Fernando Alvarez D.



En México, por fin legalmente se da en adopción  un bebé a una pareja homosexual. Esto que parecía nunca llegaría a suceder,  es una señal de avance en derechos humanos y de terminar con la discriminación. Se reconoce que todos los seres humanos somos iguales y valemos lo mismo. Esto, que suena como perogrullada, no lo es, pues a la fecha, la Iglesia Católica, por ejemplo, no lo considera así.
La Homosexualidad, como preferencia sexual era perseguida y castigada severamente. Se quemaba a los homosexuales en plazas públicas; la Alemania Nazi los metía en cámaras de gases; en los campos de concentración soviéticos los masacraban; en la China de Mao, los fusilaban; Y, a la fecha, en los países musulmanes, la homosexualidad se considera un delito.
Una vez aprobada y legalizada en México la unión homosexual, la pregunta era: ¿El derecho a adoptar y educar a un hijo, por una pareja homosexual, no es demasiado?
Han sido siglos y siglos de ignorancia y oscurantismo, pero vamos saliendo a la luz gracias a la ley que garantiza la igualdad de derechos a todas las parejas, heterosexuales u homosexuales, a pesar de la oposición católica y de las instituciones como el IMSS o el ISSSTE que se niegan a reconocer estos derechos en claro desacato a la ley vigente.
Mucha gente dice que esta ley promueve el homosexualismo, como si se tratara de un producto que se promoviera en una campaña publicitaria y esto trajera como consecuencia una oleada de nuevos homosexuales gracias a la mercadotecnia. El homosexualismo no es un producto como la pasta de dientes, es una orientación sexual libre.
La adopción le da la oportunidad a un niño de vivir en un hogar funcional con dos papás o dos mamás, los niños necesitan del amor de sus padres y de vivir el amor en su hogar. Vale más que vivir en un hogar disfuncional, con un padre maltratador o en un ambiente de violencia. Lo importante es que crezca con cariño. No vale más el amor heterosexual que el homosexual.
Por vivir con padres homosexuales, el niño no va a ser obligatoriamente homosexual. Las parejas heterosexuales tienen hijos homosexuales. No es una enfermedad que se contagie, no tiene nada que ver una cosa con la otra.
Enfrentan ahora una lucha en contra de la discriminación y de las burlas que, ojalá no sea así, pueda sufrir su hijo por tener padres del mismo sexo, pero están dispuestos a enfrentarla con valor y amor, como lo han hecho desde que decidieron estar juntos. Es la mejor enseñanza que le pueden dar a su hijo. 
Felicidades a la pareja homosexual que por vez primera en nuestro país tiene un hijo legalmente adoptado. 

jueves, 9 de febrero de 2012

¿LA FE ESTÁ COJA? Por: Martín Valmaseda






¿La Fe está coja?


¿Que la fe está qué…?
– Vamos a explicarnos:
¿Ustedes  han intentado sentarse  en un  banquito con tres patas,  pero que tiene una  de ellas  más larga que las otras? ¡Qué incómodo! En cualquier momento se caen de espaldas.
Pues me temo que eso pasa en nuestra vida, en la vida de mucha gente  que se llama cristiana.
La vida de los que seguimos a Jesús también tiene  tres  puntos de apoyo.
Esa  vida se  distingue por tres cosas; por…:
Lo que  rezamos
Lo que  conocemos
Lo que hacemos
¿A cuál de las tres damos más  importancia?
Seguro que alguno dirá  que las tres son importantes. Sí, pero….

1.- Mucha  gente piensa que uno es buen cristiano  cuando va mucho a misa, asiste a ceremonias religiosas, a procesiones, a oraciones… o sea que somos cristianos  por lo que rezamos.
Pero no nos fijamos  mucho en las otras dos patas que sostienen nuestra fe, que son :

2. Lo que conocemos, lo que estudiamos y pensamos: ¿Qué sabemos de Jesús y de su palabra además de lo  que estudiamos en el catecismo  de pequeños?
Ahí se quedan, para muchos, sus conocimientos.
Cuando crecen aprenden mucho de la vida, de su profesión y su trabajo. Pero de la fe… Ahí se quedaron. Hay personas mayores que  cuando hablan de temas religiosos demuestran conocimientos de niño pequeño.
Después, los que  se confirman, reciben alguna enseñanza religiosa pero no vuelven a tener más conocimiento del  mensaje de Jesús. Fíjense  que no hablo  de “saberse de memoria” muchas cosas, sino de conocer bien lo que Jesús dijo e hizo y de cómo eso que enseñó nos sirve para nuestra vida ahora en nuestro tiempo.
Jesús  anunciaba  su mensaje para  la vida de su tiempo y del país en que vivía… y para que también  lo apliquemos  hoy.
Hoy muchas cosas de la fe que aprendimos de pequeños no sirven.
La vida ha cambiado mucho y los que  se dedican a conocer bien la Biblia, la  explican cada vez  mejor. También explican mejor  la vida de Jesús  y  sus palabras. Pero muchos cristianos sólo repiten lo poco que aprendieron de pequeños y  lo entienden  mal.

Un cristiano de verdad  dedica por lo menos tanto tiempo a conocer mejor la palabra de Dios… Dedica a eso  tanto tiempo, por lo menos, como a asistir a misas y rezos.
Además cuando se conoce mejor lo palabra de Dios, se reza mejor.  Algunos rezan oraciones que no se parecen en nada a lo que enseñaba y oraba  Jesús.
Es  importante que un buen cristiano  se reúna  en grupos  donde juntos conozcan, mediten la Biblia, el evangelio,  y piensen  cómo vivir eso en  el país y  en la época en que ellos viven.
Es importante  que los cristianos dediquen tiempo a eso, tanto o más que  a devociones y oraciones

Pero falta la tercera pata  de  la vida de un cristiano:

3.- Lo que hacemos: Si uno dice: “yo cumplo los mandamientos, no robo ni mato, ni… “  La  pregunta  que le hacemos es…: “muy bien . Pero  ¿qué hace usted además de cumplir sus obligaciones?”.  Jesús no se dedicaba solo a  cumplir sus obligaciones.  Tampoco estaba metido  en el templo. Jesús salía a hacer el bien.  Para eso estaba siempre preocupado no solo por sus problemas sino por los problemas de los demás. Sobre todo de los  enfermos, los pobres, a los  que nadie hacía caso. A Jesús  le  molestaba la gente muy piadosa que no se preocupaba de hacer  el bien. “No todo el que dice: ¡Señor señor!, entrará en el reino de los cielos sino el que  hace la voluntad de mi Padre”.
Cuando oramos, la oración nos debe ayudar a vivir  haciendo el bien, trabajando por el reino de Dios, que es un mundo nuevo, en amor, paz y justicia. (Así oraba Jesús: “Venga  tu reino, hágase tu voluntad”)



Cuando leemos y comentamos el evangelio, eso nos tiene que  ayudar a  hacer el bien, a trabajar por el reino de Dios (eso es lo que Jesús predicaba),  un mundo  nuevo , en amor, paz y justicia.
Ahí tenemos las tres patas del banquito de la fe: Oramos y conocemos el Evangelio para trabajar por el reino Dios.
Que no  nos falte ninguna pata.
Que no se nos quede coja la fe.
Pregunta final:  Y a usted,  a su vida cristiana, ¿le  falta alguna de las tres patas? Pregúnteselo sinceramente.