viernes, 10 de junio de 2011

¿ADÁN Y EVA, TENÍAN OMBLIGO? Por: Fernando Álvarez


En una reunión de LA COMPAÑÍA, Roy, Carmen, Ana, César, el Padre Antonio y yo,  acompañados de unas cervezas bien frías, platicamos sobre este trascendental tema:
Mira tu cuerpo. La huella de tu madre está ahí, en el centro, en tu ombligo.

Por esa puerta recibiste los primeros alimentos y te desarrollaste como ser humano.
El ombligo es el cordón que nos ata a nuestros antepasados.

Si pudiéramos retroceder como a través de un hilo mágico, de una generación a otra, llegaríamos a conocer los primeros hombres y mujeres del mundo.

ANA: Esos primeros padres tienen nombre. Se llamaron Adán y Eva.

YO: ¿Tu crees amiga, que existieron Adán y Eva?

ANA: Claro que sí, Fer. Lo dice la Biblia.

YO: Pues entonces, amiguita, vamos a pensar en esta pregunta: Adán y Eva... ¿tenían o no tenían ombligo?

CARMEN: ¿Ombligo?... La verdad es que... la Biblia no dice nada de eso.
Roy: ... Yo digo que no podían tener ombligo. Porque Adán y Eva no tuvieron madre. Fueron creados directamente por Dios.

YO: ¿Entonces...?

ROY: Entonces, Adán y Eva tenían la barriga lisa.

CESAR. Pero en ese caso, Dios los creó incompletos. Porque todos los humanos tenemos ombligo, ¿o no?

ANA: Pero, César, si tenían ombligo, nacieron de un parto. Y Dios, que yo sepa, no estaba embarazado.

ROY: Lo que pasa es que Dios los creó con ombligo, como a todo el mundo. Pero a ellos no les sirvió para nada. Lo tenían como adornito.

CARMEN: Adán y Eva, ¿tenían o no tenían ombligo?

P. ANTONIO: La pregunta no es tan tonta como parece. Durante varios siglos se viene discutiendo el tema y los teólogos todavía no han logrado ponerse de acuerdo.

 Yo quiero decirles que el problema no está en el ombligo, sino en el alma.

ROY: ¿A qué te refieres?

P. ANTONIO: Está claro que Adán y Eva tenían ombligo, como todos los mamíferos tienen. También está claro, como explicó el Papa, que la teoría de la evolución de las especies es legítima y no contradice a la Biblia. Pero... hay un detalle.

CARMEN: ¿Cuál detalle, Antonio?

P. ANTONIO: El alma. En algún momento de esa evolución, Dios infundió un alma inmortal en aquellos primeros seres humanos. Los animales no tienen alma, pero nosotros sí.

YO: A ver, a ver Antonio, le voy a hacer de abogado del diablo. Eso que dices complica más las cosas. Porque esos primeros seres humanos que recibieron el alma ¿fueron paridos y amamantados por madres desalmadas?

P.ANTONIO: A lo mejor las monas que los parieron tenían ya un poco de alma...

YO: ¡Sopas!... ¿Cómo pasas a creer que existe media alma o un cuarto de alma?

Pero, entonces, padre...

Y ustedes, amigos y amigas ¿qué opinan de todo esto? ¿Tenían o no tenían ombligo los primeros adanes y las primeras evas?
Déjanos aquí tus comentarios. 


 

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